
Te pasan un número parcial, pero los extras aparecen después y el margen real se descontrola
Tenés que triangular entre forwarders, despachantes y depósitos, sin una visión integrada.
Los números cambian sobre la marcha, aparecen cargos nuevos y nadie puede explicar con claridad el motivo.
Avanzás con estimaciones porque no tenés el costo total desde el inicio.
Dependés de mails, Excel y llamadas para saber qué está pasando con cada parte del proceso.
Sin una visión completa del costo total, cada decisión implica un riesgo.

Cada uno maneja su parte, pero nadie te muestra el costo total de la operación.
Los gastos finales se confirman cuando la carga ya está en tránsito o llegó.
Los cambios de tarifas o demoras alteran el cálculo original y afectan tu rentabilidad.
Terminás tomando decisiones con información fragmentada.

Querés proyectar el costo total real antes de embarcar, no cuando la carga ya está en destino.
Necesitás integrar flete, despacho y gastos de destino en una sola visión.
Valorás trabajar con un solo interlocutor que centralice la información.
Tu objetivo es reducir incertidumbre y proteger márgenes.
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